Hasta aquí llegamos

Sencillamente, alguna vez en nuestra vida hemos pasado por la ruptura de una relación o por un amor no correspondido. La pregunta que te harás es ¿cómo se relaciona la ruptura con que uno ame pero no lo quieran?, y es ahí, donde está la respuesta.

Algunas personas terminamos una relación sintiendo aun algo por la otra persona, simple pero complicado, pues para nadie es un secreto y por mas rodeos que uno quiera dar, decir hasta aquí llegamos es súper sencillo y el ejercicio de decirlo tarda en promedio tres segundos, dependiendo de la escena del crimen.

El asunto está en el pre rompimiento y el pos que en gran parte de los casos genera lo que conocemos como tuza. Una relación de aproximadamente tres años termina convirtiéndose en la atracción principal de una especie de parque de diversiones emocional, porque uno anda en el carrusel de la emoción dando vueltas en el mismo pedazo, pero como todo se ve lindo uno ni siquiera lo nota, cuando se va avanzando se entra en la etapa de los carritos chocones y por mas desacuerdos y totazos que uno reciba, se termina tan anestesiado que los estrellones causan gracia, y avanzando más uno llega a la montaña rusa de los sentimientos donde ahí sí, uno sube y baja como el dólar; pero como no se esté preparado, uno termina vuelto un etcétera y vomitando todo, en este caso las ilusiones del carrusel.

Entonces, aclaro,  que la ruptura es lo más parecido a la montaña rusa y el amor no correspondido igual, solo que con el plus de que algunos masoquistas tienen pase doble (para ellos mismos), nada mejor que cerrar un ciclo con las emociones tranquilas, pero siendo sinceros eso es un poco complicado.

Admiro a los que tienen la fortaleza de terminar una relación sin traumas exagerados. No hay nada más bonito que mantener una buena relación con la persona que en un tiempo te quitaba el sueño, te mandaba mensajes de buenos días y compartías parte de tu tiempo en cosas estúpidamente productivas.

Igual, hay espacios para los que terminan de manera traumática y guardando rencor, pues si lo llegan a sentir es por algo. Aunque algunos se las tiren de los indiferentes saben que en el fondo (superficial) la ruptura de una relación es un cambio de planes y afecta un poco el estilo de vida al que se está acostumbrado, pero como diría un refrán facebucero: “el tiempo lo cura todo, menos el dolor por la salida de las cordales”.

Por: Javier Mendoza D. / Javiermendozadaza@gmail.com